La depresión, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), es un trastorno del estado de ánimo que va más allá de simples fluctuaciones emocionales. Este trastorno se caracteriza por la presencia de síntomas que afectan significativamente la capacidad de una persona para llevar a cabo sus actividades diarias y disfrutar de la vida. En su esencia, la depresión es mucho más que simplemente sentirse triste; es una compleja interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales.
El DSM-5 (Manual Diagnostico de los trastornos)define la depresión a través de una serie de criterios, que incluyen la persistencia de un estado de ánimo deprimido, la pérdida de interés o placer en actividades cotidianas, cambios en el apetito y el sueño, fatiga, sentimientos de inutilidad o culpa excesiva, dificultades para concentrarse y pensamientos recurrentes de muerte o suicidio. Estos síntomas deben estar presentes durante un período significativo y provocar un deterioro funcional.
La depresión, en términos del DSM-5, se manifiesta de diversas maneras, desde formas leves hasta episodios graves que pueden requerir intervención médica. Es crucial reconocer que la depresión es una condición médica legítima y tratable. La comprensión empática y el apoyo adecuado son esenciales para abordar este trastorno y ayudar a aquellos que lo experimentan a recuperar el equilibrio emocional y reconectar con la vitalidad de la vida.